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jueves, 8 de diciembre de 2011

La verdadera amistad

Es aquella que soporta los baches
de cualquier camino,
las inclemencias
de cualquier tiempo,
es aquella que sale a recibirte
cuando todo ha ido mal,
aquella que no reprocha
como sabe hacerlo un mal amor,
aquella que no pide nada,
que todo lo da,
aquella que disfruta tu presencia
como no ha sabido hacerlo nadie más.
Todo cuanto es verdadero
es verdadera amistad,
cierra viejas cicatrices
e invita a soñar.


martes, 6 de diciembre de 2011

Hay un lugar

Donde todos los sueños se desmoronan.
Donde todos los besos saben a sal.
Donde todos los sueños se pisotean.
Donde en vez de ir adelante se marcha hacia atrás.
Donde no cabe la lucha.
Donde solo hay puerta de salida
Y nunca jamás.
Donde todos los días salen torcidos.
Donde lo peor de todo es que no hay libertad.


lunes, 5 de diciembre de 2011

Sin trabajo a la vista

Hace años cuando estaba de compras con sus hijos, Elena les pidió que llevasen unos productos para un gran cajón metálico que había situado junto a las cajas. Los niños quisieron saber porqué en vez de meter esos productos en su carro deberían abandonarlos en aquel cajón. Ella les explicó paciente que en aquel cajón se recogían alimentos para personas que no tenían nada que comer en sus casas. Y fue bombardeada con preguntas y más preguntas como si papá Noel o los Reyes Magos de oriente no podían llevarles en navidad toda la comida que necesitasen para pasar el año. Elena salió de aquel atolladero tal como pudo, explicándoles que ni el trineo ni los camellos podrían hacerlo por esto y por aquello, y cuando creyó estar a cubierto, le preguntaron por Dios, ¿acaso de eso no se encargaba Dios?

No tuvo nada fácil librarse de aquel trauma que de pronto se abrió en la cabeza de sus hijos. Ni tuvo muy sencillo que dejasen de poner artículos y más artículos en el cajón metálico. Para lograrlo se tuvo que enfadar, dando un pequeño espectáculo en medio de la gente, al gritarles en voz alta si acaso eran ellos quienes querrían quedarse sin comida a final de mes. Esa pregunta provocó que quisieran devolver todos los productos al carro de nuevo, y estalló en una pequeña crisis en el momento en que Elena no les dejó, la crisis de aquella tarde se prolongó a lo largo de varias semanas. Había abierto una brecha importante, la de tomar conciencia de que tal vez algún día fuesen ellos quienes no tuviesen en casa nada que comer. Quienes tuviesen que depender de pronto de la solidaridad humana.

Pues bien, en estos tiempos de crisis, el temor de Daniela y Alberto se hizo real, ahora son ellos quienes tienen que comer gracias a lo que otros dejan en el cajón metálico, como antaño hicieron ellos. Ahora están en el lado de la balanza más desfavorable, y nadie diría que la pérdida de un trabajo, y la imposibilidad de sustituirlo por otro, hubiese desencadenado con tal rapidez la pobreza extrema en que se hallaban sumidos. Ellos como tantos más.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Sin ánimo de criticar

Existe ese peligroso momento en que uno deja de ser lo que es, para adaptarse a las condiciones "que pide el mercado". Ese peligroso momento en que uno deja de ser alguien diferente para ser como los demás. Ese peligroso momento en que uno se contradice con toda su carrera, del tipo que sea. Y en que traspasa las fronteras en que tal vez sin saberlo, se pierde la admiración de quienes le admiraban porque veían en él alguien diferente. Y no alguien del montón.

Es como morirse sin haber muerto. Y es una pena. Porque ser como los demás es muy sencillo, sólo hay que imitarles. Ser como uno es, es una condición que nace de adentro, y aquello que está forzado se ve. A veces querer llegar más lejos es perderse parte del recorrido. Perder la esencia de lo que uno fue.

Aquí Carlota me diría con suspicacia que quizá lo que admiraba en él formaba parte de otra imitación que dada su juventud favoreció el despiste. Todo esto sin ánimo de criticar.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Vivir adrede

En este libro de Mario Benedetti, que es el primero que leo de este autor, me encuentro algo que estuve buscando durante media vida. Algo común con mi forma de escribir y de entender la vida, y un bálsamo a esta locura que es para mí escribir, un algo contra lo que me rebelo en cierta medida, y donde siempre pierdo. Leo también la urgencia de su escritura, y su sencillez de miras, junto a la valentía de no esconderse tras parapetos para nombrar cada cosa tal cual es a su parecer.

Encuentro una voz, más que un escrito, y desde hace tiempo yo sé que en los libros que leo busco justo eso: una voz. Y ya no me sirve una voz cualquiera, sino que mis oídos buscan algo muy particular, que ni aún sabiéndolo explicar, sé exactamente lo que es. Y solo puedo disfrutar cuando lo encuentro.

Este libro tiene el formato que podría tener este mismo blog, un título y una parrafada no muy extensa sobre pensamientos, sentimientos, imágenes, convicciones y concreciones desde el punto de vista de su autor. Un punto de vista que a mí me reconcilia con el mundo, tantas veces puesto del revés a lo largo de la historia.

Vivir adrede traspasa de lado a lado la vida tal cual es, y la nombra justo así, con el arrojo de quien sabe cómo es, y que tras escribirla la regala al mundo, para que todos la podamos leer; o sentir que la susurra en nuestro oído.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Retazos...

El éxito es un cóctel cuya composición exacta nunca tendremos. Lo mismo que la experiencia personal, que uno puede aplicar a su vida literaria como exorcismo, para extraer algunas enseñanzas más en beneficio propio que de un todo común.
En ocasiones el escritor pone una mecha que el público enciende y de pronto explosiona. La reverberación de este hecho también escapa a todo control. Esa es la magia de la escritura.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Dejo una certeza:

El amor verdadero ni se quema ni desaparece, tan sólo crece. Y si no es capaz de crecer no es amor.