Powered By Blogger

martes, 5 de febrero de 2013

Para descansar, un cuento

Lleva varios meses inmerso en la escritura de su segunda novela. Con la primera ganó el segundo premio de un concurso literario. Está agotado y algo atascado, por eso decidió tomarse unos días de tranquilidad y durante esos días escribió un cuento que quiso mostrarnos.

Acabo de leerlo y diré lo que me contó un escritor: un autor nunca tiene perspectiva sobre su obra. Recordaré la corrección de dos cuentos que me envió mi correctora particular, un amor de mujer; donde me di cuenta de varias palabras que me comí: de, entonces, cuando y un largo etcétera. Las que se repetían desde la línea anterior, quizá otra vez, cuando, entonces, de, que había que corregir. Y las que formaban parte de otra frase que se habían quedado allí después de corregidas y en las que no reparé. La respuesta la hallé en algún escrito que encontré en alguna parte, quizá en la red: un escritor nunca lee con la suficiente atención su historia, porque la renueva una y otra vez hasta hacerla tal como la quiere, esa es su explicación, y a veces de tanto corregir mejora las frases o los conceptos, pero le falta la mirada fresca de la primera vez. Solo alguien desde afuera de esa historia puede cazarlo a la primera, por eso lo ve. Se dice que antes de enviar un escrito a algún lugar deberían leerlo al menos cuatro personas, por eso de que cuatro ojos ven más que dos. Pero qué me dicen del placer de hacer un pan en el horno y llevarlo a la mesa calentito y darte cuenta de que quizá le falta sal, o menos cocción, y tomar notas para corregirlo en la próxima amasada e intentarlo otra vez hasta alcanzar la perfección. De momento un principiante disfruta de eso. Y en mi opinión está muy bien.

Ahora vamos al cuento. Me gustó. No se pierde en descripciones abstractas. Es interesante y captó todo el tiempo mi atención. Disfruté leyendo y al final me sorprendió. Creo que podría leer muchos escritos de estos sin cansarme e ir aprendiendo de paso.

Os dejo el cuento

4 comentarios:

  1. Gracias amiga Begoña, por compartirlo y por tus valiosas observaciones.

    Un beso enorme!

    ResponderEliminar
  2. Buena entrada, Bego.
    Estoy de acuerdo contigo, los escritores no somos los mejores correctores de nuestras obras.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Guille, en estos tiempos que corren es necesario que un escritor siga adelante, algo que a mí me cuesta. Por eso celebro que otro pueda hacerlo.
    Eso me da ánimos para intentar finiquitar trabajos pendientes que nunca encuentran su fin.
    Y hace que pese a las malas noticias diarias esboce una sonrisa, que después quiera compartir.
    Para mí es un lujo que no os ofendáis porque de alguna forma me apropie de ello.
    Saludos

    ResponderEliminar
  4. Pilar, pero hay algo que todo escritor que comienza quisiera, que alguien que lleva tiempo en la escritura acceda a leerle y señalarle errores. Hay errores tan arraigados que solo cuando alguien te los señala desde afuera los ves. Y es a partir de ahí donde comienza el verdadero trabajo de intentar no repetirlos.

    De alguna forma nuestros escritos son parte de nosotros y nunca somos objetivos, necesitamos la mirada desde afuera.
    Un beso, Pilar.

    ResponderEliminar

Tu lees desde la invisibilidad y puedes aportar algo a este lugar, para ello existe