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martes, 31 de enero de 2012

Si tú me dices ven lo dejo todo...pero dime ven

Este libro de Albert Espinosa, era de obligada lectura, después de leer una entrevista que encontré en el blog El alma impresa, y que después dejé aquí, en este lugar que avanza como loco escapado del manicomio, a saber donde. Pues eso, era de obligada lectura después de conocer la forma en que piensa Albert Espinosa, y el mundo tan particular que habita.

Creo que ese mundo lo retrató de una forma extensa en su libro El mundo Amarillo. Es un mundo personal que no cabe explicar. Para conocerlo y comprenderlo hay que leer todo el libro, desde el principio hasta el fin. Pero que puede resumirse en una frase: Si crees en los sueños. Ellos se crearán. Es un libro que gustará a quienes crean en los sueños, y en la gente capaz de sobreponerse a todo: en cualquier circunstancia y cualquier lugar. Más que libro es el resumen de una filosofía de vida, que solo cabe atesorar.

Pues bien, Si tú me dices ven lo dejo todo...pero dime ven, lleva una dedicatoria especial: "Dedicada a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales". Quizá por eso me sentí a sus anchas dentro de ese mundo particular, desprovisto de artificios, descripciones tortuosas o demás triquiñuelas de pésimo escritor. Un escritor de verdad sabe que un lector llega a un libro provisto de una fructífera imaginación, capaz de imaginar cualquier espacio, sin que tenga que escribir diez mil detalles, que le obligue a leer, para que vea esa habitación del fondo, con una ventana circular que muestra el mar. Es por eso que se hace un libro ameno de leer, y lleno de matices importantes. Tiene una historia que contar, y la cuenta, es del tipo de libros que me llena. 

Cierto que son 201 páginas a doble espacio, bien separadas, bien presentadas, con títulos originales que forman parte de la historia que muestra a continuación. Por lo tanto es posible que la historia en interlineado sencillo no pasase de las 90, no sé. Quizá ello contribuya a que se haga fácil de leer. Cuenta la historia de un hombre que es contratado para encontrar a un niño secuestrado. La historia se entrelaza muy bien, dejándote en suspense, pero no ese suspense fastidioso que no tiene explicación. Sino un suspense agradable, que te lleva a volcar las páginas sin sentirte estafado. Hace que formes parte de esa historia que se va desgranando a media voz. 

Hay alguna parte del libro que hubiese necesitado - parece imposible que lo diga siendo yo- menos efecto pluscuamperfecto, osease, demasiado perfecto para ser verdad. Pero si no lo hubiese llevado el libro contaría otra historia, y era justo esa historia la que Albert Espinosa quiso contar. El libro cuenta la historia de Daniel, y sus problemas con sus padres. De Dani y la forma en que conoce a un hombre mayor, llamado Martín, en el hospital. De Dani cuando se escapa de casa y conoce a George. De Daniel y el día en que su novia se marcha de casa porque ya no quiere tener un hijo con ella. De Daniel el día en que conoce a Izan - el niño secuestrado- a su padre y a su abuela; y estos tres descubrimientos le cambian la vida. Una vida que en su momento Martín y George comenzaron a cambiar. 

Si tú me dices ven lo dejo todo...pero dime ven, es en definitiva un universo especial en el que cabe sumergirse, para después salir a la superficie, y mejorar en el arte de nadar.

http://es.wikipedia.org/wiki/Albert_Espinosa

lunes, 30 de enero de 2012

Un convencimiento propio

El lujo y la felicidad siempre te serán posibles. Si pasas  a considerar pequeño lujo, cada instante de tu vida.

Un término medio difícil de conseguir

Bien, tenemos muy claro que en la vida se necesitan términos medios, pero conseguirlos es una tarea muy complicada. Porque en verdad si nos paramos a pensar, hay pocas personas que hayan conseguido elaborarse a sí mismas a base de los productos necesarios, en su cantidad justa. Siempre que pienso en una persona equitativa a quien me gustaría parecerme pienso en la misma; y es de la familia. Claro que ella habla cinco idiomas, es profesora, separada, madre de un hijo, independiente, y se crió como quien dice a sí misma toda la vida. Y si tuviese que elegir entre su niñez y la mía, lo siento mucho, me quedo con la mía. Con su vida o con la mía, me quedo con la mía. De modo que a fin de cuentas, supongo que aunque a ella la considero perfecta, prefiero seguir siendo yo. Aunque todos sabemos que peco de excesiva.

Y es que al final, el resultado de aquello que somos, nos viene dado por los años de vida. Y todo tiene su precio; cinco idiomas y una carrera de magisterio no se obtienen así porque sí. Hace falta exigirse mucho a uno mismo de forma constante. Cambiar estudios por diversiones. Cambiar amigos por libros. Cambiar tiempo de vida por tiempo de aprender. Cambiar espontaneidad por disciplina, deseos por obligaciones, impulsividad por carácter, desenfado por saber estar. Hace falta además de haber nacido con inteligencia, hacer un buen uso de ella. Es por eso que no es tan fácil . Es por eso que solo conozco a una persona que reúna en sí todas las cualidades que querría para mí, aunque prefiera mi vida.

Es por eso que no me obsesiono con la persona que quiero ser, sino que intento conformarme con la que soy, y desde entonces soy más feliz. A veces no queda más remedio que aceptar todas las limitaciones de uno, y hacerlo lo mejor que se pueda en base a ellas. Porque a fin de cuentas, todos tenemos dos únicas opciones: amargarnos la vida, o intentar ser feliz. Y de entre ellas siempre escojo la segunda, por qué mentir.


Os dejo un enlace interesante

domingo, 29 de enero de 2012

Mil pedacitos de ti

De vez en cuando se forman dúos que dan cuenta de la versatilidad de un artista. Se juntan dos de nuestras voces preferidas y nos regalan un tema que se une a ese universo de temas que escucharemos una y otra vez hasta rallarlos. Y sorprendidos y anestesiados escucharemos los cambios en los matices de voz, que al fusionarse dan nuevos matices a cada voz, y amplían esos universos a que nos tenían habituados. Que se expanden y cruzan otras metras.

El título no lo tengo claro, y como siempre me puede la prisa por compartir. Este dueto de dos de mis cantantes preferidos, Antonio Orozco y Alejandro Fernández, el segundo con una voz más fuerte de la que nos tiene acostumbrados, pero igual de eficaz. Lo dicho, no tengo claro si se titula Mil pedacitos de ti, o no. Pero de algo estoy segura, de que sonar, suena lo mismo.

Un regalo en la mañana de un domingo

http://www.youtube.com/watch?v=LklVQj16yfI

viernes, 27 de enero de 2012

Fórmulas para seducir

Me suena a risa cada vez que lo leo. Y siempre que leo algo así pienso en un joven que parecía leer a diario varias páginas de seducción. Digamos que durante un tiempo, utilizar este tipo de artimañas le sirvió para lo que pretendía, conquistar a la chica en la que se fijó. Pero más temprano que tarde, todos estos ardides comenzaron a rayarse por repetición, y chirriaron como una camioneta vieja con falta de engrase. Y fueron quedando a la vista los enormes engranajes, y durante el trayecto se fueron desperdigando a un lado y al otro. Hasta quedar al descubierto, y sin todos sus mecanismos este joven no era el mismo joven, era alguien vacío.

Era alguien que no se había hecho a sí mismo. Se había ido modelando al antojo de algunas páginas que otros escribieron, seguramente para otro que no era él. Y desplumado de todo el conglomerado de recetas en marcha, se mostró a sí mismo como era, y a la chica que había enamorado, le despertó solo pena. Fue entonces que se encontró ante una mirada a la que no se supo enfrentar. Y fue cayendo en picado un día tras otro, pero nunca recuperó de nuevo el brillo, en la mujer de sus ojos.

Para entonces lo que él mismo empezó como un juego, fue la trampa en que él mismo se enredó. Porque la chica se apartó de su lado profundamente decepcionada de sus juegos idiotas, y él se quedó perdido, enamorado hasta las trancas, y sintiéndose tan idiota que jamás se recuperó. De ese día en que salió de caza y terminó cazado, en un parasiempre que nunca acabó.


http://naxoseduccion.blogspot.com/2012/01/la-esencia-de-la-masculinidad-parte-2.html

miércoles, 25 de enero de 2012

Sobre los derechos de autor en Internet

Creo que quienes publicamos a través de la red, albergamos muchas dudas. Sin embargo Laura Quijano hace magníficas aclaraciones respecto a ello, que quisiera compartir. Ella es una escritora que conjuga - por lo que leo en su blog- el lenguaje de una forma exquisita. Y que sabe hacer resúmenes con tal profesionalidad y eficacia que me señala lo que jamás yo sabré hacer, eso es algo que me encanta, que alguien me aporte aquello de lo que carezco.

No quisiera extenderme mucho para no agotar vuestras ganas de leer. Porque esta entrada, como muchas de las que dejo aquí, es solo una excusa para que prestéis mucha atención al enlace que dejo a continuación. Que es un resumen de otras reflexiones que Laura Quijano ha ido haciendo, sobre los derechos de autor en la red. Todos los que tenemos un blog, lo actualizamos con mayor o menor asiduidad, confiando en que nuestros derechos como autores, sean respetados y defendidos desde esta plataforma en que nos lanzamos al mundo. Que así sea.


http://lauraescritora.blogspot.com/2012/01/reflexiones-adicionales-en-torno-los.html

martes, 24 de enero de 2012

Retazos...

Las palabras más importantes de todas no se saben escribir, pero han de ser escritas lo mismo.

lunes, 23 de enero de 2012

Más libros para leer

Hay un libro que quiero leer desde hace tiempo, se titula la isla de Nam, de la escritora Pilar Alberdi; que además es psicóloga. Pues bien, a veces la diferencia que me separa de un libro es su precio. Esta vez 93 céntimos es la cercanía que lo hará posible al fin, junto a algunos más. Creo que llegan vienen buenos tiempos para conocer a nuevos escritores, y para leer. Lejos de lo que decidan los lectores adjuntos de las editoriales, que en ocasiones resulta tan ajeno a lo que un lector anónimo querría leer. Se encuentran muchos libros de vidas plastificadas por ahí, o vidas falsificadas, que más o menos significa lo mismo.

Quizá no todos los lectores buscamos lo mismo en un libro. Yo busco que me divierta, que me haga pensar, que recoloque las frases de manera que sienta que se acaban de inventar, que me deje sentirme protagonista, que me adentre en un mundo que nunca pensé habitar, que me sacuda y que me conmueva, que tras su lectura me haga más humana y más comprensiva, mejor persona para encarnar la vida que me ha tocado llevar. Una sola cosa de todas estas por libro me sirve. Ando a la caza de esa aventura de letras de la que nunca me quisiera apear. Soy una mezcla extraña de cada libro que leí y me dejó su huella, esa huella que nunca quisiera borrar. Tan importante es un libro para mí.


http://pilaralberdi.blogspot.com/2012/01/los-cuadernos-de-la-senora-bell.html

domingo, 22 de enero de 2012

Propuestas de autor

Acabo de leer ahora mismo esta propuesta y me sumo a ella. En este momento estoy leyendo Metamorfosis en el cielo, y tengo pendiente leer Ángeles de cartón, de principio a fin. En verdad quiero leer más libros de los que puedo, porque también me reservo a diario mucho tiempo para vivir. Pero esta propuesta me parece interesante, por eso la dejo aquí.

Son muchos motivos por los que uno escribe, pero sobre todo hay uno: para que le lean, sino no necesitaría escribir, y para tener una opinión sobre sus escritos que le sirvan para mejorar un día tras otro. Si lees y puedes dar tu opinión sobre lo leído, este enlace es para ti.

http://elalmaimpresa.blogspot.com/2012/01/os-gustaria-resenar-una-de-mis-novelas.html

jueves, 19 de enero de 2012

Para despistados y doloridos

Hay algo que me tiene preocupada y es lo despistada que soy, además de lo fácil con que me obsesiono con las cosas. No es raro que algo ocupe mi mente de forma casi total y me ponga a deambular perdida en mi misma, se dice que esa es la concentración que a todo escribiente le lleva a escribir, puede ser verdad, pero no por ello se vuelve menos fastidiosa. Y casi apuntaría a que es la causa por la que quienes viven a diario conmigo odian que me ponga a escribir, es como si quedara perdida entre dos mundos y ni en uno ni en otro se me pudiera alcanzar. Ante mí misma sucede lo mismo, y aunque quisiera no lo puedo evitar: lo de escribir digo.

Pues bien, hace como un mes me compré un libro electrónico, decidí que sería el regalo de 2012 para todos aquí, algo en lo que valía la pena invertir. Y como siempre todos andaban tan atareados que tuve que apañármelas sola para ponerlo a funcionar. Traía un disco que había que insertar en el ordenador para que leyese todo tipo de formatos, y soñaba con esas páginas que las hay a montones donde descargarte los libros gratis. Hay tantos libros y tan ilustres, que ya frotaba las manos. Pero sucedió que no, que no supe poner a funcionar ese disco, y lo intenté una y otra vez hasta que me cansé, lo puse en algún lugar, y me dije: me acordaré de donde lo dejo. En aquellos días me pilló organizando montones de cosas de cara a la navidad y las cenas y deambulaba perdida en montones de historias, para no variar.

El caso es el de siempre, pedí una y otra vez a mis dos hijos que lo pusieran a funcionar. Y me miraron con fastidio y lo dejaron pasar. Lo intenté yo sola montones de veces y nada, frustrada porque lo que para ellos serían minutos efectivos, para mí fueron horas infructuosas. Porque no hay nada que me fastidie tanto como perder un tiempo del que carezco. Fui al comercio donde lo compré y me dicen que puedo pedir el disco por Internet, pero en verdad no es tan fácil y sin el disco de instalación no funciona porque lo quise sin conexión a Internet. Si es para leer libros, es para leer libros, no para estar conectada. Y de entre los libros que quiero meter están mis novelones inconclusos, pues lo compré a modo de aligerarme las correcciones también.

Desde hace años tengo un terror infinito a perder la cabeza por eso de darle tantas vueltas a las cosas y andarme siempre perdida entre montones de historias, las que suceden a tiempo real, las que leo y las que escribo. Todo es demasiado incontrolable para dejar de pensar. Pero en el periódico de La nueva España de ayer viene una entrevista con Juan Lerma, Biólogo director del Instituto de Neurocioencias. Una entrevista mucho más extensa que la que se encuentra en la red. Donde dice que cuanta mayor actividad intelectual tienes, mejor madura tu cerebro y mejor se conserva. Y también dice que los sistemas de "Brain training" son una tontería, mejor leer a Tólstoi o hacer un crucigrama". Que al cerebro se le estimula leyendo, estudiando, pensando, hablando y relacionándose con los demás. Viendo exposiciones, participando en tertulias o haciendo sudokus. Haciendo ejercicio también y llevando una dieta mediterránea, ya que todo lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro. Señala que confundir el nombre de alguien, o no saber donde has dejado las llaves es algo normal, que el síntoma claro de un deterioro cognitivo es perder la noción del valor del dinero, no saber si un producto es caro o barato.  Y que el deterioro de nuestro cerebro comienza a los 45 años y no a los 60 como se pensaba hasta ahora.

Todo esto me tranquiliza mientras busco la fórmula de conseguir leer el que me he propuesto como mi primer libro electrónico: Ángeles de cartón, de Mían Ros. Que ya he conseguido descargar en el ordenador y soy incapaz de poner a funcionar en el lector electrónico (:-S) Aunque confieso que tengo la vaga idea de haber puesto el disco en medio de uno de los libros que devolví a la biblioteca, uno de tantos que devolví sin terminar de leer, y cuyo título se me escapa. Esperemos que no.

http://www.lne.es/sociedad-cultura/2012/01/18/mejor-cerebro-tertulia-tumbarse-televisor/1185663.html

miércoles, 18 de enero de 2012

Se necesitan muchos días

Y ningún día será suficiente
para olvidarte
para que tus pasos
no resuenen en mi mente
para aceptar que ya no estás,
porque estarás
hasta el último segundo
aprehendido en mi mente.



martes, 17 de enero de 2012

Metamorfosis en el cielo

Este libro de Mathías Malzieu, que aún estoy leyendo me hace plantearme varias preguntas, entre ellas la de si alguien conoce a un escritor como él, puesto que es el tipo de lectura que realmente disfruto. Últimamente se publican historias con una numeración tal de personajes, que hay que hacerles un croquis para saber de quién se está hablando. Ese tipo de libros me ponen de los nervios porque para leer hace falta anotar mentalmente por donde va la historia, y si en ese momento me pilla escribiendo otra historia me agota sobremanera y lo termino dejando. Es por eso que necesito libros que quieran contar algo sin contar para ello  otras cinco historias. O que sepan hacerse amenos e inteligentes, y no un conglomerado de voces disonantes y quiebros de noria.

La escritura de Mathías Malzieu está llena de trucos de prestidigitador, desprovista de toda realidad y al tiempo más real que escritura alguna. Llena de comparaciones descacharrantes y amabilidad, de sueños hechos realidad, de circunstancias adversas y ánimo luchador, de prosa poética y literatura palpitante. Es por eso que agradezco enormemente que alguien le haya publicado alguna vez, porque es un editor como su editor, quien me hace creer en la literatura, en estos tiempos en que abandono tantos libros tan llenos de personajes y faltos de contenido (a mi escaso entender).

En este punto no faltará quien me diga que leer un libro como Metamorfosis en el cielo es una pérdida de tiempo, cuando podría estar leyendo a tal o cual escritor, clásico o no, premiado con tal o cual distinción, y un largo etc. Y en este punto respondo que para mí un buen escritor no es aquel que publica más o es más leído, sino quien sabe presentarme un mundo tal y como nadie me lo presentó, y que ha despertado un algo que permanecía dormido. Y que después de presentado ha cobrado vida y se queda a vivir en una parte del subconsciente de donde más nunca querrá salir. Y no obstante saldrá teñido de nuevas formas.

Aún no he llegado al meridiano del libro. Y sé que la larga estancia de su madre en el hospital se encuentra ahí, y que la larga enfermedad que le quitó la vida campa a lo largo y ancho de su contenido. Que ha sabido transformar todos los recuerdos y todo el dolor de la estancia en los hospitales en un bello cuento, ha nombrado todas las carencias y todos los secuestros. Es un libro que cuenta las peripecias de Megatom Cloudman, enfermo de cáncer en el hospital. Que habla de la importancia de tener un sueño y de luchar por el. E intuyo que de la importancia de saber cuando luchar y cuando renunciar. Es uno de tantos libros que me recuerda lo importante que es escribir, porque a veces solo escribiendo uno es capaz de bajar hasta el infierno y transmutarlo en cielo, de trazar todos los pasos necesarios para convertirse desde cero en un nuevo yo.

Desconozco el nombre de la primera persona que le dio a Mathías Malzieu un voto de confianza, lo desconozco, pero le estaré siempre agradecida porque La mecánica del corazón, La alargada sombra del amor, y Metamorfosis en el cielo, son para mí tres libros que no tienen comparación con libro alguno que yo haya leído. Y quizá el motivo por el que muchas historias que conservo a medio escribir salgan adelante. Todas comparten ese aire extrañamente majadero y cuasi imposible que persiste en Metamorfosis en el cielo, y mientras leo y disfruto me preguntan cuando voy a ponerme con ellas y finiquitarlas de una vez por todas, es entonces cuando les respondo que quizá un día o quizá no.

http://giant-magazine.com/mathias-malzieu-entrevista/

lunes, 16 de enero de 2012

Dirección general política: DGP

Ese título se forma de manera automática en mi cerebro, en medio de gigantescos signos de interrogación, cada vez que se dan cualesquiera datos sobre la DGT, siempre tan diligente y dispuesta a que no nos estrellemos al volante de nuestro vehículo. Y entonces me pregunto: ¿acaso  no es tan importante que la política de un país entero no se estrelle?, y la respuesta que me formulo es un sí, pero no un sí cualquiera; si no un SÍ tamaño casa por lo  menos.

Y entonces me digo que cuando le conceden un carnet político a cualquiera, deberían concederle sus 12 puntos, que irá perdiendo a medida que sea muestre negligente. Y con ello irá pagando también la multa que corresponda al tipo de negligencia cometido. Creo que la DGP sería tan eficiente como lo es  la DGT, y todos nos sentiríamos más seguros.

Me digo que si la DGP llevase tantos años ejerciendo como la DGT, otro gallo cantaría. Y que a estas horas todo en nuestro país funcionaría mejor. Y yo no tendría que pillarme los cabreos que me pillo casi cada día, cuando se destapa un nuevo caso de corrupción. Con lo cual sería un ser mucho más amable con quienes me rodean, y me lo agradecerían enormemente; vamos, que podría mejorar incluso yo.

viernes, 13 de enero de 2012

Si la voz se hereda, qué bueno

A la pregunta de si un artista nace o se hace, siempre hay variedad de respuestas. La mía sería que un artista primero nace y después se hace. Si hay algo para lo que está capacitado y ese algo se desarrolla adecuadamente, entonces tiene el impulso adecuado para llegar lejos. Y más lejos cuanto más capacitado esté.

Luego hay otras fórmulas matemáticas que derivarían de la posibilidad de disponible, si se tiene además de talento, un disponible para ir comprando terreno de llegada, se llega antes. Si no se es muy bueno, pero se tiene comprado el terreno bajo los pies, se permanece, y si hay mucha mucha suerte, se mantiene ahí, sujeto a   todas las leyes que rigen el mercado de forma pertérrita.

En este caso, que me sorprende y que no, dado que el niño ha crecido bajo la sombra de dos grandes figuras: el abuelo y el padre, espero y deseo que haya un gran talento heredado o no. Hace tiempo que desde México se viene diciendo que el género patrio se encuentra en apuros, es por eso que celebro la noticia de esta llegada, y me sumo a la espera de escuchar esa voz.


jueves, 12 de enero de 2012

Para padres y maestros


Enseñarás a volar ,

pero no volarán tu vuelo.


Enseñarás a soñar,
pero no soñarán tu sueño.


Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.


Sin embargo...
en cada vuelo,
en cada vida,
en cada sueño,
perdurará siempre la huella
del camino enseñado.
Madre Teresa De Calcuta


miércoles, 11 de enero de 2012

Aviso de mi correctora particular

Ayer me armé de valor y presenté ante la persona que escogí para correctora un relato corto que quiero que supervise. La pillé desprevenida, que es como me gusta pillar a la gente porque es cuando da más de sí. Y recibí una pregunta: ¿Es ese el libro que va a hacernos ricos a todos? Por respuesta la miré de la forma con que sin decirle nada suelo decirle que no. Entonces extendió la mano y dejó el texto sobre la mesa. Apenas leyó lo primero, me hizo saber que siempre escribo los mismos rollos que no quiere leer, porque todos vienen a ser el mismo tostón que no hay quien se crea. Sonreí, porque en el fondo y aunque sea muy en el fondo las dos tenemos la misma impresión. Tomó un rotulador verde chillón y fue poniendo comas y puntos. Me hizo saber que ese porqué que tanto repito no existe y debería saberlo. A penas, ese a penas va junto. Y en vez de poner cuchitril, debería poner chavola. Este punto lo discutimos y no llegamos a un acuerdo, pero ella me lo dejó escrito por encima con mayúsculas. Y además me hizo saber que daba lo mismo lo que escribiera, porque siempre utilizaba personajes muy sumisos y que todos mis escritos se solucionarían de la misma forma: matando al personaje principal o enviándolo de una buena paliza al hospital, eso los haría libros pasables. Y todos mis finales eran demasiado fantasiosos, siempre partían de una dificultad grandísima para resolverse de un trazo pluscuamperfecto y maravilloso demasiado falso para ser verdad. Me sugirió un par de cambios que lo harían quizá merecedor de ganarse algo, pero cuando le dije que podíamos escribirlos juntas un día, me respondió que ni hablar, que ella tenía mucho que estudiar y muchos deberes que hacer. Vamos, que no pensaba perder ni un segundo de sus estudios y su futuro para dedicarlo a mis chucherías.
Quizá nadie entienda nunca por qué quiero que ella sea mi correctora, pero fue mientras estaba embarazada de ella que comencé a escribir mi primera novela, de modo que ella estaba conmigo en el momento en que mi afición extraña arrancó, y de alguna forma estamos juntas en esto. Eso me lo callé por no escuchar una perorata que me dejase de vuelta y media. En realidad yo no quiero que me corrija nada para ganar nada de nada. Quiero que lea esa historia aunque sea de corrido y encontrándole fallos insalvables, de principio a fin. Quiero que aunque no pueda entenderme, ni aprobar de modo alguno mis muchas chapuzas, recorra esas letras, porque en esa historia resumo todo cuanto para mí significa escribir. Algo que quizá no entienda, pero se encuentra ahí, entretejido en los tejidos de justo esa historia.

martes, 10 de enero de 2012

Descalabros varios

Hace unos días una empresa anunciaba a todos sus empleados que a partir de ya mismo comenzarán a cobrar 300 euros menos cada mes por mismo trabajo desempeñado. Preguntaron si alguien tenía algo que objetar, y claro que desde todos los puntos se objetó, sin embargo la sentencia fue la misma: 300 euros menos a cobrar con dos solas condiciones o sí o sí. Y sin más que hablar.

En ese momento callaron las escasas posibilidades de quedarse en paro y encontrar algo mejor, y si no mejor algo más justo. Se callaron los deseos de revelarse, de defenderse, e incluso de prosperar. Por la mente de Roberto se pasaron todos los casos de corrupción escuchados en los últimos tiempos, todos estancados como el agua podrida de un sucio estanque. Y sumó uno más a la lista de esos corruptos que le hacían día tras día la vida tan imposible, tan complicada y tan deprimente. Lo preocupante era la facilidad con que todos ellos se empezaban a sumar. Se le antojaban muy lejanos esos tiempos en los que era tan importante la honestidad. Tal pareciera que quienes no sacaran tajada bajo el cartel de la crisis fueran catalogados de idiotas y todos se apresuraran a bajar salarios en un pacto macabro para el descalabro de la sociedad.

lunes, 9 de enero de 2012

La pesadilla que no se cumplió

La pesadilla de Victoria era casi inenarrable, como el momento en que se encontró con que su hija de pronto se le hizo mayor. Fue en ese instante en que un chico, en medio de una fiesta se inclinó para darle un beso en la mejilla a Blanca, un beso tan limpio como el mismo resplandor de la luna junto a las estrellas, pero al fin y al cabo un beso que como madre nunca se esperó, al menos no tan pronto. Y entonces la llamó a gritos, y el chico dudó, Blanca también dudó; y él la dejo ir junto a su madre con el aliento contenido, mirando a su mejor amigo con gesto amargo. El gesto de quien piensa que van a apartarlo para siempre de su amor.
Victoria dibujó un no muy grande con su cabeza, que repitió varias veces. Los ojos de su hija brillaban tanto como pudiera haberlo hecho el mismo sol, su boca temblaba el llanto que contenía dentro de sí, y fue entonces cuando Victoria tuvo conciencia de la verdad de su sentimiento. Quiso apartarle un mechón de la frente, y Blanca esquivó lo que pensó sería un manotazo, pero Victoria insistió, y le apartó el cabello como si al apartarlo disipara de la frente de su hija cualquier tristeza futura. Se volvió para mirar al joven, y a una sola mirada vio que compartían por Blanca un idéntico amor, hizo un gesto con su cabeza para significar que si alguna vez le causaba algún daño se verían las caras, él respondió con un gesto de la suya para asegurarle que no lo haría nunca, y que estaba más que dispuesto a cumplir ese pacto hasta el final de sus días.

Desde ese momento la pesadilla de Victoria fue ver a su hija abandonada y sufriendo por amor. Pero fue una pesadilla que no se cumplió. Al menos no para Blanca.

http://www.youtube.com/watch?v=cHzEdkOTbNY&feature=related

sábado, 7 de enero de 2012

Incógnitas por resolver

Marta y Santiago acudieron a comisaría por un asunto rutinario, algo que tenía que ver con un accidente de tráfico leve. Allí, mientras rellenaban unos formularios (y les enviaban a otra oficina, que a su vez les desviaría a otra oficina, que les enviaría a otra oficina - a varios kilómetros de distancia las unas de las otras-, y después a una última oficina que les remitía a su médico de cabecera el próximo lunes para la elaboración de un informe, suscitando en ellos un cabreo infinito hacia el sistema y sus incongruencias sabidas...) se formó un pequeño jaleo, en el que un hombre esposado la emprendía a insultos con los agentes, y una mujer era conducida a la mesa de al lado, donde otro agente le tomaba declaración. Marta no pudo apartar la mirada de ella durante todo ese tiempo, era muy joven, unos veinticinco, y tenía dos hijos pequeños, venía acompañada de una vecina. Lloraba, e intentaba explicarse, lloraba, y escuchaba con atención y tras escuchar lloraba, estaba sumida en un llanto que no la dejaba hablar apenas, y en una desesperación tan grande que no podía dejar de repetir una y otra vez que no volvería a aquello de nuevo ni muerta. ¿Me están oyendo? No vuelvo ni muerta.
Escuchaba y repetía una y otra vez era que estaba harta de llevar palizas, y que no podía volver a su casa. Que no quería volver a su casa. Y suplicaba no tener que volver a su casa. Y se mesaba los lacios cabellos. Se apretaba la cara. Y por respuesta después de hablar y hablar obtenía la misma: debía volver a su casa de nuevo con sus dos hijos, para no perder sus derechos sobre la casa. Ella no daba crédito y volvía a decirlo, sólo llevaba una paliza tras otra por parte de su marido y en sus planes no estaba volver a esa casa. No podía volver, lo repetía y nadie la escuchaba. Y volvían a explicarle lo mismo de nuevo: que debía volver para conservar sus derechos sobre la casa. Era como un disco majadero repetido una y otra vez, en cuanto terminaba se accionaba de nuevo.
Marta miró a Santiago, y de pronto su formulario les pareció tan nimio que quisieron irse. Y miraron a los agentes que ahora eran dos, y que volvían a decirle a la mujer que tras esos trámites volviera a su casa para no perder sus derechos sobre ella. Ella lloraba y lloraba. Sus grandes ojeras surcaban dos ojos hundidos en vida. Su cuerpo en los huesos, sin apenas voz para hacerse oír en medio de esa locura. Sus manos sujetas la una a la otra como cuando ya no queda nada a lo que aferrarse, sólo un llanto eterno que no encuentra ayuda se dejaba oír en una sola sentencia: volver a su casa después de la denuncia.
Ella lloraba intuyendo aquello que le pasaría, pero a nadie parecía importarle, les importaba la casa ¿Qué casa? ¿Acaso aún tengo una casa a la que volver? ¿A la que llevar a mis hijos y que estén a salvo? ¡Que estemos a salvo! Esas preguntas de la joven, repetidas una y otra vez sin conseguir respuesta, siguieron los pasos de Marta y Santiago hasta el exterior. Y siguen dando vueltas a su cabeza muchos días después, mientras lo cuentan a quienes quieran escuchar, de la forma en que dan vueltas todos las incógnitas por resolver.

jueves, 5 de enero de 2012

Decidió irse de este mundo

Porque su presente era tan insoportable para sí mismo que ni le buscó explicación. Le pareció que le tomaban el pelo desde la política, durante tanto tiempo corrupta, durante tanto tiempo esquiva con la realidad del trabajador mileurista, aquel a quien se ha ido minando día tras día, haciéndole cuadrar las cuentas; esas cuentas que alguien por iniciativa propia desvió hacia su propia cartera en un suma y sigue repetido tantas veces desde todos los ángulos.
Miraba el mundo y el mundo se había vuelto loco. No quería pertenecer a el. Ya no quería, y en sus silencios era todo cuanto se repetía. En muchas ocasiones visitó las tumbas de los muertos, y pensó que ellos al menos estaban vivos y descansaban en paz. Él añoró esa forma de estar vivo y de estar en paz. Fue algo que no le dijo a nadie, porque simplemente no podía decirlo, se sabía querido, ese no era el problema, tenía una mujer e hijos, una madre, hermanos, amigos...mucha gente que de veras lo quería y lo hubiese detenido de su plan. Y lo sentía por ellos, de veras que sentía dejarles solos, pero no podía seguir participando de un mundo así. Ya no quería.
Estaba cansado de tanta corrupción política por todas partes. De tanta gente que moría de hambre y de penuria, mientras otros estrenaban trajes y daban conferencias llenas de mentiras. De tantas guerras que destruirían países levantados con el sudor mezclado de honestidad de tantas razas que sólo ansiaban vivir en paz. Y que nunca les dejaban, sólo porque la avaricia de algunos que disfrazaban de excusas entraría a saquearles bajo millones de excusas. Ya no podía seguir esperando que alguien viniese a arreglarlo, el mundo estaba más atado de pies y manos que nunca, bajo tratados y acuerdos, bajo firmas y apretones de manos, bajo una parafernalia imposible de desenmascarar. Es por eso mismo que se iba. No quería formar parte de este sistema, ya no, y gritarlo en voz alta o confesarlo en voz baja tendría el mismo efecto, no sería suficiente para nadie, no serviría de excusa; y les quería demasiado para dejarles en el recuerdo de ese dolor.
Había decidido despedirse entre sonrisas. Entre tardes gloriosas en su compañía como cualquier día más. Y esperaba que pudiesen perdonarle. Que supiesen vivir sin él hasta el fin de sus días. Y que no cambiasen nunca pese a ese abandono que decidió. Hubiese odiado contagiarles su desánimo, fue por eso que no lo pronunció, es por eso que ningún suicida intenta hacerse comprender, su decisión está tan firmemente decidida desde hace tanto tiempo y es tan inamovible que nada la podrá cambiar.
Lo único que esperaba era que no dejasen de quererle tal y como le habían querido. Que no se reprocharan no haber podido ayudarle: nadie podría. Que siguiesen con sus vidas tal y como si él estuviera, porque si algo tenía muy claro es que se quedaba. No como un proyecto futuro, sino como una realidad pasada. Con sus sonrisas, con sus palabras, con sus apretones de manos, sus bromas fáciles: todo quedaba. Esperaba en un último esperar quedarse con todos ellos hasta su último día, ese que nunca acaba.
Sé que cuando tu mejor amigo decide abandonar la vida por iniciativa propia no hay palabras que sirvan de consuelo. Hace años alguien a quien yo quería hizo lo mismo, y esto es todo cuanto saqué en conclusión: que se fue, es cierto que se fue, y que incluso en sus últimos días presentí su decisión, incluso tuve una visión y caí en una especie de trance que ni quiero recordar. Y no pude hacer nada. Nadie puede hacer nada. Salvo quererle por todo lo que fue. Eso es lo que se puede hacer, alegrarse porque una vez estuvo a nuestro lado siendo tan especial como aún lo es. Aunque ya no estando esté.
En este punto podría dejar un enlace a una hermosa entrada, pero no lo haré. En respeto a una privacidad privada. Hay escritos que duelen tanto al ser escritos como la sangre de uno cuando se derrama. En respeto a eso no lo haré. Desearía que mis palabras fueran el bálsamo mismo en que me curé. Aunque hay dolores que nunca acaban. Sólo acaban en el mismo instante en que uno deja de ser. Por eso es bueno que vivan muchos, muchos años, y es bueno tenerlos. Todo lo que duele, duele por lo importante que fue.

martes, 3 de enero de 2012

Reflexión editorial

Creo que vale la pena leer y reflexionar sobre todo lo que se apunta en esta entrada. Porque si algo está muy claro es que los tiempos comienzan a cambiar en el mundo editorial. El tema está en si conducir tu camino o dejar que te conduzcan, con sus pros y sus contras. Caminar cuando tú quieres y detenerte cuando te apetezca es la máxima expresión de libertad. Saber que pisas sobre el camino que eliges y que vas por donde quieres puede ser que en la balanza del menos sea más.


http://blancamiosiysumundo.blogspot.com/2011_12_01_archive.html#1767016968602201291

lunes, 2 de enero de 2012

Pienso, luego vivo

Desde que abrí este blog, mucha gente de mi alrededor se asusta, y es por algo simple. Nadie que me conozca en persona sabe que tengo este lugar del ciberespacio, y no les dije nada porque ellos ya me padecen en vivo y en directo, creo que con eso tienen de mí dosis suficiente, no necesitan sufrirme más. Soy la misma pesadilla de este lado que del otro, doy la misma brasa cuando algo me da vueltas en la cabeza, meto la patita para intentar obtener otro punto de vista distinto al mío para completar el mosaico de lo que intento analizar. Si bien ahora les hago una entrada expositiva sobre cada tema que me ocupa, de una extensión parecida a cada entrada de blog, y toda de improviso. Me escuchan, me miran, asienten y un poco azorados me dan sus respuestas.
Nada disfruto tanto como extrayendo de la gente su forma de enfocar, y hablo demasiado en todos los lugares en los que me siento en casa, en confianza, y en buena compañía. Ya en mis primeros años escolares me sacaban al pasillo por preguntarlo todo, por interrumpir la clase y no callar. Es un defecto penoso en compañía de según qué gente, pero hay una gran diferencia entre indagar en lo que piensa la gente, y vigilar lo que hace. A mí no me importa lo que cada quién haga con su tiempo, no critico a nadie por ir o volver de aquí o de allá, no me ocupo para nada si menganito o zutanita esto y aquello, ellos sabrán. Hablo con todo el mundo sobre todas sus conclusiones y las contrasto con las mías, me divierte ese juego en que pocas percepciones sobre lo mismo coinciden. Un idéntico hecho, según una u otra persona, puede ser muy distinto y lo mismo de cierto. Me divierte ese conocer al otro que tengo enfrente cuando hay un mínimo de conexión, o de mutuo respeto. A veces creo que soy un caso clínico o para someter a estudio, y quizá lo que sucede es que ejercito la mente, la lleno de contrastes, y los analizo como un pasatiempo divertido que no todo el mundo comprende; pienso, luego vivo.


http://blogs.elcomercio.es/psicologo-de-cabecera/2012/01/01/pereza-mental/

domingo, 1 de enero de 2012

Un segundo para mirar, y mirar bien

Mi único deseo para 2012 es que sea tan bueno conmigo como el 2011. Y que aquello que salió mal sirviese de aprendizaje para hacerlo mejor la próxima vez.
Feliz 2012 a todos. Que este año nos sirva para descubrir a esas personas maravillosas que tenemos alrededor, y a extraer lo mejor de cada una. Y que nos sirva para saber bajarnos de nuestro peldaño cuando los demás necesiten nuestra ayuda. Que veamos más y mejor y seamos más justos con la belleza que a diario nos rodea. Que sepamos valorar que estamos vivos para llevar en nosotros el latido de aquel que se marchó porque no tuvo posibilidad de seguir latiendo. 


En estos días una joven madre perdió la vida en un accidente de tráfico. En su maletero llevaba regalos para toda la gente que quería. Los bomberos partieron a contrareloj su coche por la mitad, los sanitarios corrieron veloces en la uvi móvil hacia el hospital. Los regalos se esparcieron por el asfalto ofreciendo una imagen inolvidable de por vida. La joven luchó con todas sus fuerzas por seguir siendo la persona que había sido toda su vida. El destino o la fatalidad desatendieron su ferviente deseo. En tan solo un segundo había cruzado la carretera, y sin saberlo, el vehículo que venía del otro lado le supuso la diferencia entre la vida y la muerte.


Por lo que más queráis, durante todo este año mirad mucho, y mirad bien, para que cada regalo llegue sin error alguno a su destinatario, para que le veáis sonreír y sintáis ese cálido abrazo que os hace de pronto seres tan especiales para él, y por contagio puro para vosotros mismos.