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domingo, 22 de julio de 2012

Andar por el mundo sin aditivos, es saber andar.

Uno de los mayores problemas, de los que por supuesto nadie quiere hablar, para los jóvenes que no terminan de encontrar trabajo y disponen de mucho tiempo libre, es entrar en el círculo botellón- desmadre. Es curioso todo lo que rodea a un fenómeno social cada vez más extendido. En las últimas fiestas grandes que hubo por aquí, una cajera de supermercado me comentaba que durante el fin de semana se quedaron sin bebida alcohólica alguna. Y sin embargo les sobró carne y pescado, para dar y tomar. Me dijo que fue alucinante la cantidad de juventud que llegaba en bandadas para comprar. Que en todos los años que llevaba allí trabajando jamás había visto tal cosa. Lo normal es que beban hasta casi caerse y después tomen cualquier cosa que alguien les ponga al alcance. Me parten en dos mitades cada vez que veo tirado por el suelo el futuro: chica o chico que ya no puede más, y babea sobre el asfalto, mientras su grupo de amigos casi no se tiene en pie y sigue con su fiesta, totalmente ajeno a la suerte que el casi comatoso pueda correr.

En lo personal es algo que me pone los pelos de punta porque no veo la necesidad. Y pienso en la cantidad de chicos y chicas que comienzan así, y después terminan alcoholizados, y arruinando sus vidas por algo que no consiguen dejar. Quizá el número no sea muy grande, lo desconozco, pero repito, no veo la necesidad. Divertirse no puede confundirse con eso, y divertirse no consiste en eso. Divertirse tiene mucho que ver con la forma en que uno encaja en el mundo, y uno debe encajar en el mundo sin aditivos, así en crudo. Y cuanto más en crudo mejor será.

Este tipo de noticias me horripila.

Seamos sensatos. Escuchemos cuando nos hablan. No busquemos en nada exterior lo que debemos hallar de forma interior. No confiemos en pócimas mágicas ni elixires milagrosos, no existen, no los hay. Y aunque así lo fuese no valen la pena. Se cobran arruinando a su paso todo lo que tocan. Mantener muy lejos. No mirar, no tocar y por nada del mundo, por nada por nada del mundo probar.
Si eres joven eres guapo por naturaleza. Tienes todo un futuro por delante. El mundo te espera. La vida puede ser tal como la planees de principio a fin. Y si no te sale, prueba más veces. Pero no busques en nada exterior lo que debes hallar desde el interior. Piensa, planifica, y haz tu propio camino, lejos de la llamada de las sirenas.

PD: De ambulancia sobre todo.

5 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, Begoña. Un llamamiento de sinceridad y con todas las de la ley. La juventud debería redirigir bien sus pasos. Hay muchas formas de diversión, pero cogen el camino del vicio, el prohibido, el que todos desean de alguna manera burlar, y al final son ellos los que son burlados. La Vida siempre cobra su cuenta, no lo olvidemos.

    Te felicito por este escrito.
    Saludos,
    Mián Ros

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  2. Gracias por tus palabras.
    A veces me pregunto para qué escribo y supongo que la respuesta es para que no me estalle la cabeza o el corazón.

    Se ven cosas que uno no termina de asimilar, porque no proceden.
    Saludos

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  3. Hay muchas formas de divertirse sin alcohol y lo dice alguien de 26 años, que ha provado lo que ellos viven ahora.
    Con el paso del tiempo, el vacío que deja en tu corazón haberte comportado así es indescriptible.

    Andar sin aditivos es andar de verdad. Todo lo demás, es no ser uno mismo. Y volar en otro mundo que nunca será el real.

    Cuando te bajas de la nube, el golpe es tremendo. Lo sé demasiado bien.

    Un abrazo Begoña y gracias por tus palabras.

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  4. Confieso que mis miedos me han librado de muchos males, entre ellos este.

    Por otro lado creo que todo el mundo puede equivocarse, pero que lo imperdonable es equivocarse para siempre.

    Cuando uno se aleja del camino ha de volver sobre sus pasos y volver a empezar.

    Eso es fortaleza.
    Saludos

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  5. Pues si.
    Y cada vez hay más botellón y menos esperanza.
    Que pena.

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