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martes, 29 de mayo de 2012

Lo que saben de ti que nunca fue cierto...

Conozco a una madre que es capaz de cualquier cosa por hacerse con todos los libros que quiere leer de la biblioteca. No es una madre común, es un monstruo devora libros que picotea aquí y allá, y entre tanto picoteo, algunas veces consigue leer un libro de verdad.

A esta madre un día su hijo adolescente le recriminó que valiéndose de su carnet de la biblioteca, sacase libros tan cutres a su nombre. Le expuso que cualquiera que mirase los títulos que él -aparentemente- había sacado en los últimos años, de la red de bibliotecas, se pensaría que estaba mal de la cabeza, y que no era así. Que los libros que él leía no tenían nada que ver con el riego de las orquídeas, la decoración de interiores, romanticismo cutre, rutas por la Asturias frondosa, psicología adolescente, clásicos de todos los tiempos elegidos a dedo, ni demás conglomerado solo apto para cerebros atropellados. Le hizo saber además que no era normal hacerse con todos los carnets de la familia y usarlos casi todos a la vez. Ni apilar tal cantidad de libros disonantes entre sí sobre la mesa del salón, porque cualquiera que dedicase tiempo a ojearlos de verdad, en tal desorden, terminaría luchando contra molinos de viento imaginarios.

La madre se mofó de su sensibilidad agudizada. Y le dijo que quienes están trabajando en las bibliotecas no se dedican a juzgar a los demás, ni a espiarles la vida. Por respuesta su hijo adolescente alzó las cejas y la miró con sorna, antes de decirle un simple: Ya, eso te crees tú.

Mientras leía esta entrada de blog hace unos días me pregunté algo que me pregunto con frecuencia antes de pasar página y dejar la mente en blanco al menos por una vez ¿Qué podría la gente aseverar sobre mí, que yo no sé, leyendo este blog?

Cualquiera sabe...

2 comentarios:

  1. La gente puede pensar mil cosas pero eso no debería importarte.
    Dedicamos demasiado tiempo y esfuerzo a intentar agradar a los demás.
    Y eso no tiene sentido alguno.

    Besos.

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  2. Toro, estoy absolutamente de acuerdo contigo.
    Al final la gente piensa lo que quiere pensar, y la vida es demasiado corta para dejar de hacer lo que uno quiere, si todo lo que quiere es escribir.
    Saludos

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