Powered By Blogger

martes, 15 de mayo de 2012

El lugar donde estoy, es aquí

De un tiempo a esta parte, con la comodidad del día a día y esa confianza relajada que al final nos terminará matando, ando hilando todo el día. Recién me han devuelto a la vida el ordenador desvencijado de todas mis pesadillas, ese que quizá por hacerme un bien y dejarme respirar un día se apagó, ese que nunca se conectó a internet y que jamás lo hará, para eso ya tengo los otros. Hace que se apagó más o menos el tiempo que lleva abierto este blog. El ordenador, seguramente harto de esa constancia que no se me puede negar, se atragantó de buenas a primeras y sufrió un shok, dijo hasta aquí llegamos y aunque así de primeras casi me muero con él, decidí que no iba a morirme por algo de lo que había hecho copias y recopias que guardaba en algún lugar difuso de un empotrado; donde están los scaners que ya ni miro, de lo que soy.

Pues eso, que con la comodidad de poder decir desde aquí de buenas a primeras lo que me venga en gana, sin que nadie me replique de malos modos o me recuerde lo loca que estoy, suelo andar por la casa sin saberlo, recogiendo al vuelo todo cuanto entra por mis audios. Porque aunque es algo que hasta hace relativamente poco no sabía, soy más auditiva que otra cosa, y ahí estoy, en cuanto oigo algo que cruje por dentro, salgo al paso de lo que escucho y doy mi opinión. Que muchas veces es un resumen novelado, o un ejemplo de ejemplos, o algo tan subjetivo y de corte personal que ya sean mis hijos o mi marido, se quedan parados frente a mí y me replican que estoy fatal. Que me dan unos arrebatos que antes no me daban y que digo cosas que no se pueden decir. Ya, ya sé que de modo literal no se puede decir a tus hijos que si siguen arrancándose por cualquier tontería con ese genio un día saldrán volando por la ventana de buenas a primeras y ya no volverán. Que les quedaría gasolina suficiente para llegar a Saturno y allí explotar. Sé que eso no puedo decirlo sin que se haga un silencio eterno y me miren como si mi última neurona diese vueltas y más vueltas sobre un eje difuso. Pero es que me gusta causar ese efecto, que nadie más pudiera lograr. Además de que a veces digo cosas tan metafóricas y coherentes en el modo y la forma, que es un ejercicio que no me puedo negar.
Y bien, todo esto bajo el cobijo de intimidad de la casa.

Ahora pensemos que un día de pronto tuviesen acceso a todo lo que hay aquí. Que entrasen por todas las casualidades que tiene el destino y se pusieran a leer este blog de principio a fin. Me imagino todos los reproches que tendría que oír, todas las alusiones a manicomios y zapatillas blancas. Amén de todos los extraños a quienes cuento mi vida sin que venga a cuento y bla bla bla. A veces lo pienso, y creo que es tan inevitable lo uno como lo otro; que me explaye aquí, y que algún día habrán de encontrarme. No en vano ellos tienen su sitio, uno mientras está en el trabajo y en la parada a tomarse un algo al salir. Y otros su grupo de amigos, su trabajo, sus idas y venidas; el instituto, sus lugares virtuales, sus salidas a discotecas y demás. Ellos tienen ocupaciones que facilitan su charleta diaria sin trascendencia, yo entre mi trabajo en la casa, y mi vicio de leer y escribir sin pausa ni prisa, vivo muchísimas horas diarias "encerrada" aquí, y disfruto como una enana en estos espacios virtuales donde reunidos estamos tantos a los que nos gusta escribir. En mi vida real es muy raro poder acceder al tipo de informaciones exquisitas que me encuentro por aquí. Afinidades, preocupaciones, risas, locuras, coherencias, y ese batiburrillo que se forma entre conexiones de aquí y allá.

Y es cierto, puede que un día me reprochen este sitio, les sobrarían razones: porque soy una cutre, por estoy medio loca, porque con una casa tan enorme y todo lo que tengo que hacer, porque además los animales, y esto y lo otro...y yo perdiendo el tiempo por aquí...Todo eso puedo comprenderlo, pero tendría bastante que decir en mi favor, esto es mi terapia contra todos mis males. El potaje de mis sabores y sinsabores. Mi línea de meta que comienza más allá del horizonte y llega hasta el último confín. El lugar donde nadie que me conozca tiene que aguantarme, mi forma de huir de todos y llegar a mí. No me sirve de excusa, pero es que a mi edad si algo ya no necesito son excusas. Estoy aquí porque la vida me permite estar viva, y porque esto es vivir para mí. Poner en palabras todo cuanto se me ocurra; incluso aquello que nunca se me debió ocurrir ;)

Él tiene más suerte, porque es más inteligente y mucho más coherente. Espero que me perdone por traerlo aquí, pero es que me ha parecido de nota.

3 comentarios:

  1. En ese "perder el tiempo" surgen las grandes obras, y las pequeñas también. Y, mientras el resto de la vida espera, surge ese narrador que habla, se focaliza sobre un recuerdo... Se escribe.
    Un abrazo, amiga.

    ResponderEliminar
  2. ¡¡¿¿Que te "perdone" por traerme por aquí??!! Qué cosas dices...

    Por cierto, más que "coherente", Begoña, yo diría que estoy reconciliado con la incoherencia. mejor aún, tengo ráfagas de coherencia que aprecio, y procuro no atormentarme con los agujeros de incoherencia: porque hace tiempo que asumí ciertas cojeras.

    Saludos,

    PD: a veces piensas que tener este blog oculto es una infidelidad a tu familia, ¿no es verdad? Pero apenas lo piensas un poco te das cuenta de que no: no resta dedicación ni energías a los tuyos, sino que te recicla por dentro. Es mejor para ellos.

    ResponderEliminar
  3. Hola Begoña, no sabía que este blog era "secreto" jeje...todos necesitamos nuestro espacio de intimidad. Antes si lo teníamos en una libreta nadie tenía acceso a él, ahora podemos tenerlo y escuchar las opiniones de los demás o compartir las nuestras...no me parece que sea nada malo y hace mucho que pienso que lo de "perder el tiempo" es demasiado relativo así que no le doy importancia.
    Pues nada, que el espacio "secreto" te aporte muchas satisfacciones, a mí por lo pronto, la de leerte.
    ;)

    ResponderEliminar

Tu lees desde la invisibilidad y puedes aportar algo a este lugar, para ello existe