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jueves, 29 de septiembre de 2011

La ladrona de libros

Este libro de Markus Zusak me ha sorprendido. Está ambientado en la Alemania Nazi y escrito con un estilo fresco y desenfadado, casi amoroso. La protagonista es Liesel, una niña de diez años que acaba de perder a su hermano pequeño y que antes que pueda hacerse a la idea de ello es "abandonada" por su madre, que la deja al cuidado de unos padres adoptivos por razones que ella no acierta a entender. Liesel es una niña huesuda, casi cadavérica, que a veces no entiende nada, y que intenta acostumbrarse a una nueva ciudad y una nueva vida.

Hasta aquí tal vez nada de especial, lo especial es el modo en que está escrito. Se dice que un escritor ha de leer todo lo posible de todos los estilos, sobre todo historias que tengan que ver con su forma de escribir y lo que quiere contarle al mundo, además de clásicos de la literatura y toda la variedad de libros que pueda encajar entre ceja y ceja. A veces es muy difícil encontrar libros al estilo de uno. Pues bien, para bien o para mal en este libro me encuentro con mi estilo de escribir y de hilar, o si no es eso, me encuentro con la clase de libros que me gratifican y que me hacen amena su lectura desde el principio hasta el final. ( Aún lo estoy leyendo, aunque apunto que con este libro conseguiré llegar hasta el final porque está lleno de frases, pensamientos, planteamientos y pistas, que además de sorprenderme me pueden).

La ladrona de libros de Markus Zusak relata una historia infinidad de veces contada: el holocausto nazi, y lo hace con buen gusto, originalidad, sencillez, profundidad y amor, un inmenso amor por la naturaleza de lo cotidiano. Todo el libro es un juego de palabras, un juego de contenidos, un juego de desafíos narrativos; y de sus letras emana la sensación de que escribirlo ha sido un juego también, un juego que Markus Zusak ha disfrutado enormemente, y que por eso al leerlo queda esa sensación de saborearlo como uno de esos platos que nuestras abuelas preparaban con tesón y que nos dejaban tan buen sabor de boca, y tan gratos recuerdos imborrables al tiempo.

Anoto lo que viene en la contraportada de un libro que me quiero comprar, que me compraré ya, un libro que sin duda hará menos dramático que nunca llegue a publicar, porque al tomarlo entre las manos sentiré que el tipo de literatura que me gustaría escribir ya está en el mercado, y que puede leerse y disfrutarse sin necesidad de que llegue a ninguna parte. Cuando leo libros como éste tengo esa sensación, de que al fin como lectora ya puedo disfrutar; son muchos libros los que comienzo y abandono en unas semanas porque aún siendo muy recomendados me aburren de muerte porque cuentan lo mismo página tras página hasta completar 500.

La narradora de esta historia es la muerte, quizá la mejor narradora para poner ante los ojos del lector una etapa cruenta. Este libro me deja una sensación que mil veces antes he tenido: para hablar de una etapa de muerte y destrucción no hace falta acuchillar al lector, salpicarle de sangre en cada párrafo, o desangrar su ánimo línea tras línea. Para hablar de una etapa cruda en la historia también puede usarse la imaginación de recrear escenarios y personajes desde el infinito amor. Esto es lo que logra Markus Zusak, engarzar hermosas sensaciones al ritmo de un teclado poseído de armonía y buen gusto. La originalidad es algo que valoro por encima de todo, y es lo que destacaría de este libro, una palpitante destreza e imaginación.

5 comentarios:

  1. * Aclaro este punto confuso:
    ...sin necesidad de que llegue a ninguna parte. (Yo, mi dichoso yo tecleante, que no el libro).

    Ojalá que el libro llegue muy lejos porque es una pequeña joya, quede claro.

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  2. Tenebrosa epoca. Estoy terminando un monografico de Richard J. Evans sobre la alemania nazi durante la guerra, y todo lo que hemos escuchado y leido sobre el holocausto, se queda corto. El cinismo, la sangre fria y la falta de humanidad con la que se exterminó a millones de personas, hiela la sangre en las venas. Lo que mas asusta, es que no solo fueron las SS , tambien tuvieron la colaboracion bastante entusiasta de algunos de los ciudadanos de los paises ocupados, y estos "elementos", quedaron impunes cuando todo acabó.

    Saludos

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  3. Rodericus, estoy convencida de que en todas las guerras se cometen las mismas barbaries una y otra vez.

    El mayor fracaso de la humanidad es comenzar una guerra, existe un vocabulario entero para hacer posible un acuerdo pacífico, e incluso la posibilidad de inventar nuevas palabras para firmar acuerdos.

    Cuando votamos a un presidente en cualquier país lo hacemos con la seguridad de que sabrá defender nuestros intereses pacíficamente. Algo que desgraciadamente no siempre es así, deberían usarse más los diccionarios en los cargos altos.
    Saludos

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  4. Originalidad. Sin duda has dado con la palabra que todo lector quiere encontrar en un libro hoy en día. He oído maravillas de esta novela y tras tu reseña creo que será una de las que tendré que leer en cuanto pueda colarla en la montonera de pendientes. Aunque dicen que está todo inventado; yo sigo con mis dudas porque lo oculto aún está por descubrir...

    Saluditos.
    Mián Ros

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  5. MiánRos, no creo que todo esté ya inventado porque cada persona tiene una forma distinta de enfocar.
    Un mismo barco flotando sobre un mar azul no significa lo mismo para una persona que para otra. Las vivencias personales tienen mucho que decir, y son distintas para todos.

    La forma en que mira el mundo esta novela personalmente me parece hermosa.
    Saludos

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