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lunes, 20 de junio de 2011

Donde crujen los olvidos

Al mirar la fecha en el calendario ese día en concreto quiso decirle algo a Ella. Se acerca el verano, eso fue lo que pensó, y volvió a pensarlo muchas veces durante todo el día. Su mente quiso recordar, pero la vorágine del fin de semana la distrajo de tan hondo fin, y no pudo concentrarse, tan solo rellenó las horas de vigilia lo mejor que pudo, ya que un buen envoltorio para las horas que han de pasarse en familia es algo esencial. Los días pasados en familia son esos pequeños momentos que siempre conserva en su memoria, tan frescos como el primer día y son su motor. Ella sabe que lo que rescata del fondo de su mente en las épocas malas son esos recuerdos, que terminan sacudiendo su desánimo y la llevan a intentarlo una vez más. Intentar de nuevo algo que se ha dado por perdido es volver a respirar, por eso mientras disfrutaba de la compañía de la suegra y los cuñados, de las sobrinas y sobrinos, no intentó esclarecer lo que la fecha en el calendario quiso gritarle. Se centró en ese ahora que no quiso dejar escapar, exprimiéndolo sin más.

Días más tarde en medio de una charla casual, su madre lo trajo a colación. Entonces un suspiro de incredulidad se dejó escapar, y trajo consigo una fecha labrada en el mármol del sombrío panteón. Fue así que pudo verlo claro y se preguntó cómo era posible haberse olvidado de la fecha en que siempre envolvía un regalo para su cumpleaños, que él siempre desenvolvía un poco regañón, y agradecía después con una sonrisa de niño ilusionado. Ese regalo que más tarde sustituyó por alguna flor dejada en el mármol frío y que ahora señala su vacío.

4 comentarios:

  1. Gracias a quien sea, la fecha de ese cumpleaños no es hasta dentro de un año, por Mayo, quizá para entonces las heridas duelan menos...

    Hoy me has resquebrajado el corazón con tu entrada...

    Un abrazo,

    Rebeca.

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  2. Lamento haberte resquebrajado el corazón. A veces aunque parezca mentira se nos olvidan las fechas, porque la ausencia es algo a llevar a cuestas cada día.
    Un beso

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  3. ¡Menudo título!

    Con frecuencia se recuerda, pero eso no espanta al olvido: por lo general son recuerdos cosificados, de película. Pero otras veces los evocamos (a los que se fueron). Entonces sí cruje el olvido.

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  4. Sobre todo cruje ponerles en presente y pensar lo que juntos se podría compartir si no fuese lo que ha sido.
    Saludos

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