Antes de la lectura del primer capítulo dicha crítica me advirtió que ese era un libro que venía a reflejar todas las angustias maritales de su autor, y que era por tanto un libro agónico, al menos eso entendí en su advertencia y pues bien, respiré hondo para adentrarme en un libro que me resultaría difícil de leer, y que quizá abandonaría pasadas unas horas. Y nada más lejos de esa verdad, ya que llegué a la página 88 y me reí todo lo que quise y más, por los razonamientos llevados a cabo por su personaje principal, eso sí, acerca de la mujer y del matrimonio.
Tras lo cual hoy me siento aún más rara que ayer, porque soy capaz de encontrar en un libro lo contrario a lo que otros han encontrado. No dejo título ni autor por respeto, tanto a ese autor como a quienes han estudiado a fondo su escritura, algo que yo haré sin duda a título personal ya que necesito leer, y estoy feliz de poder leer al fin algo que me atrape de pleno. Creo que cada lector lee un libro diferente en el libro que está leyendo porque cada lector tiene un bagaje de vida y unas convicciones de las que es imposible que se apee, incluso para realizar un viaje al que ha sido invitado justamente para eso, para bucear en un submundo que otro ha creado a partir de su pensamiento. Creo que el objetivo de la escritura es ese, te muestro un mundo que he inventado, ven sumérgete e intenta extraer de él tu propia lectura, esa que te sirva a ti, para entender mejor todo lo que te rodea, y que sea para bien.
Quede claro que nunca intento tener la razón, es algo que no me preocupa, sólo me dedico a sacar conclusiones para hoy, esas mismas que mañana pueden variar, tal como el cielo oscuro de esta mañana puede derivar en una tarde de sol repentina.
Hoy he terminado de leer este libro. Y aunque tiene frases ante las cuales es imposible no reír, es un libro serio. Lleno de reflexiones que tardaré en encontrar en parte alguna. Uno de esos que sabes que leerás muchas veces más.
ResponderEliminar