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viernes, 8 de octubre de 2010

Un sembrado de gaviotas

Que anuncian que la mar no está de broma se pasean a escasos metros de mi ventana, caminando mientras picotean la hierba y ensayan vuelos a ras de suelo, yendo y viniendo de forma intermitente. No es habitual verlas por aquí, y hoy las hay a centenares. Es inevitable quedarse a observarlas, posponiendo la rutina que no tiene antes ni después, el verdadero lujo de quienes viven sin lujos, aferrados a la inagotable paz de las pequeñas cosas.

El campo se tiñe de blanco que viene y va, que sube y planea a diestro y siniestro, que aterriza intrépidamente de un modo elegante. Transformando esta mañana en una tan diferente a las demás, en que los prados vecinos despiertan lampiños.

Conozco a un chico a quien le horrorizan los pájaros, es un joven tranquilo que de buenas a primeras le tiró una piedra a una gaviota desde el rompeolas. No llegó a darle pese a que estaba muy cerca, y tuve que mostrarle mi estupor ante lo que consideré un abuso. Me miró azorado y confesó que no le pensaba dar, que solo quería alejarla porque no soporta ningún pájaro cerca. En más de una ocasión me ha ganado su franqueza, la de quien no tiene nada que esconder, y que se expone como blanco certero a cualquier francotirador del calibre que sea.

Me dijo que no sabe la razón, pero cualquier clase de pájaro le causa una sensación insoportable. Verles alzar el vuelo sobre su cabeza, andar a pasitos lentos alrededor, o tenerlos cerca le causan una sensación tan extraña que ni la puede describir. Indagando en internet descubrí que a eso que no sabe calificar le llaman Ornitofobia. Fobia a los pájaros seguramente por algún picotazo inesperado en la niñez.

No se lo que alguien con su problema vería esta mañana desde aquí, yo veo una infinita paz que se anuncia trastabillante de blanco y gris, mucha vida que late y aletea, aterriza y revolotea, que viene y va. Un recordatorio de que la vida son cuatro días, y en los detalles pequeños que podrían pasarnos desapercibidos en nuestro trajín diario está lo mejor.



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